El otro día me sorprendió ver renovada mi farmacia de toda la vida. Pero es que no sólo se ha lavado la cara por fuera, también por dentro.
Pedí mi medicamento, y me extrañó ver que el farmacéutico no se movía para ir a buscarlo. Pulsando un botón, un robot en la rebotica lo hacía por él, para acabar siendo dispensado en una bandeja. Maravillas de la técnica.
Algo así como esto:
no me digas.. se acabó el esperar una eternidad? genial, mi enhorabuena a los inventores!
Hombre, el robot tampoco es Speedy Gonzalez! Pero vamos….