La ciudad de los contrastes, de lo chino y de lo occidental, de lo tradicional y de lo moderno, del frío y del calor, del lujo y de la pobreza… En Hong Kong cabe todo. La ciudad es tan fotogénica que en cada esquina encuentras situaciones, panoramas, vistas, ángulos o encuadres interesantes.
Recomendaciones:
- Los miércoles por la noche ir a apostar en las carreras de caballos de Happy Valley. Todo un espectáculo social.
- Comer en Hong Kong puede ser barato. Sin embargo conviene guardar un poco de presupuesto para darse el lujo de cenar en alguno de los restaurantes en lo alto de un rascacielos. Nosotros lo hicimos en el Nanhai nº1, en Tsim Sha Tsui. Las vistas quitan el hipo, y la comida acompaña. Y después tomar una copa en Aqua, 360 grados de increíbles panorámicas.
- Utilizar los diversos medios de transporte que ofrece la ciudad. El pintoresco y estrecho tranvía recorre la ciudad de punta a punta y es la alternativa ideal para moverse. Las curiosas escaleras mecánicas (Mid-level elevators) ayudan a llegar a las partes más altas de la ciudad, a los pies del pico Victoria. Además hay pasarelas elevadas peatonales por toda la ciudad. El Star Ferry cruza a Kowloon y te permite admirar el skyline, tanto de día como de noche. Un antiguo funicular sube la empinada colina para llegar hasta el pico Victoria (The Peak), imprescindible aprovechar para subir cuando aparezca un rayo de sol… nunca se sabe cuando volverás a ver el sol.
- Recomendación de alojamiento: Cue Hotel (Queen Road East, Wanchai), un verdadero oasis en medio de la ciudad, al menos las habitaciones privadas así nos lo parecieron (el hotel cuenta también con literas en habitaciones compartidas). Te ofrecen una mini-wifi portátil para estar conectado durante toda tu estancia.
- Dejarte llevar por la vorágine consumista de Causeway Bay y Central. Observar el ajetreo del tráfico y los concurridos pasos de peatones en los semáforos. Comprar algo de electrónica.
- Descubrir pequeños cafés, juice bars y restaurantes en la zona de Sheung Wan, Hollywood Road, Upper Lascar Road (los dim sum de Man Mo Cafe son para morirse), Lan Kwai Fong, … Deleitarse en Grassroots Pantry. O dejarse caer en el PMQ si coincide algún evento. Probar las típicas egg tarts (parecidas a los pasteis de Belem) en la famosa Tai Cheong Bakery.
- Pasar un día en Macao. La ciudad vieja conserva toda la herencia de los portugueses. Sus fachadas coloniales, iglesias católicas, casas y templos chinos y los enormes hoteles y casinos, ofrecen una indescriptible mezcla nunca antes vista.
- Dedicar un día a subir en teleférico al Gran Buda de Lantau. La excursión es muy bonita, la isla de Lantau es pura naturaleza. Perderse por las callejuelas sobre el agua en el pintoresco pueblo de pescadores de Tai O.
- Admirar la arquitectura de los modernos edificios, Bank of China, HSBC, IFC,… En éste último se puede subir al piso 55 para ver las vistas.
- Callejear por los mercados de Kowloon, Ladies’ Market, Temple Market, Jade Market, dejarse seducir por las calles más chinas de la ciudad en la parte más al norte, en Mong Kok. Tomarse un zumo recién exprimido en un puesto en la calle.
En definitiva… Admirar, sentir, oler, saborear, caminar, comer, vivir… Viajar no es sólo visitar sitios, son sensaciones, olores, colores y recuerdos.
Gracias a Pino y Javi por acogernos en su casa y enseñarnos sus rincones favoritos de la ciudad.
Todas las fotos en Flickr de Hong Kong y Macao
Ha sido un placer disfrutar de Hong Kong con vosotras!