Este verano, aprovechando que pasaba por Noruega a la vuelta de Svalbard, planeé quedarme unos días más para realizar una ruta que siempre le había tenido ganas: la carretera del Atlántico Norte. Con esa excusa, volé desde Oslo hasta Trondheim, para empezar desde allí el recorrido. Cuando se me ocurrió esta idea, meses atrás, la intención iba a ser alquilar allí un coche y conducir a mi aire los 700 kilómetros que separan Trondheim de Bergen por la costa. Pero la logística no resultó tan fácil. Devolver el coche en un punto distinto me suponía un suplemento desproporcionado, y con tanta anticipación era impredecible el tiempo que podría hacer a finales de julio. He visto imágenes de esa carretera con temporal y mala mar, y tenía claro que no querría arriesgarme a conducirla en esas condiciones. Por eso, cuando vi que la naviera Havila (que, como el Hurtigruten, realiza toda la costa noruega de puerto a puerto) hacía ese tramo por mar, y ofrecía la excursión por tierra a esa carretera, y que además, me cuadraban los días y horarios, no lo dudé. Era una excelente oportunidad de ver la impresionante costa noruega desde el mar, cómodamente desde un barco. Hay que tener en cuenta que ambas navieras recorren la costa de norte a sur y de sur a norte constantemente, pero sólo pasan por cada puerto unos días concretos de la semana. Los horarios del Hurtigruten no me encajaban en dirección sur, pero los de Havila sí. Y me daban la oportunidad además de pasar un día completo en Trondheim y un día y medio en Bergen. El viaje incluía una noche en camarote interior, almuerzo y cena el primer día, y desayuno y almuerzo el segundo.
La ruta completa: embarque en Trondheim por la mañana – llegada a Kristiansund después de comer – Carretera del Atlántico Norte con cena – Molde – Ålesund pasada la medianoche – Torvik – Måløy – Florø (paradas cortas de madrugada) – Bergen después de comer al día siguiente.
TRONDHEIM
Trondheim, es la tercera ciudad más importante de Noruega, después de Oslo y Bergen. Se la conoce como la capital gastronómica de Noruega y por ser la sede de la prestigiosa Universidad de Ciencia y Tecnología. Además, destaca también por su historia y su ambiente cultural. Lo más reconocible de Trondheim es el canal principal con sus casitas de colores literalmente sobre el agua. Es sin duda su mayor atractivo, pero no el único! Os recomiendo…
- perderte por las adoquinadas callejuelas del barrio de Bakklandet
- pararte en tiendas tan bonitas como Keiserens Nye y querer llevártelo todo
- tomar un café en Kaffebrennieret y ver impotente como las gaviotas te roban el bollo…
- subir a la fortaleza Kristiansten Festning para admirar las vistas de toda la ciudad
- descubrir el ascensor de bicis Trampe Bicycle Lift para subir esas empinadas calles (lamentablemente no estaba en funcionamiento)
- cruzar el canal por el puente mas característico (Gamle bybro)
- llegar a la catedral Nidarosdomen y buscar la estatua de Bob Dylan en sus torres
- cruzar la plaza principal Torvet
- maravillarte con la cantidad de tiendas de segunda mano que hay, por ejemplo la fascinante Transit!
- pasear hasta los canales de Solsiden, animadísimos, llenos de restaurantes y con el centro comercial Solsiden Senter ubicado dentro de unos enormes almacenes de ladrillo
- dormir en uno de los hoteles de centro, concretamente en el Thon Nidaros, siempre fiel a la cadena Thon!
El puerto donde se embarca queda muy cerca del centro, sólo hay que atravesar la estación de tren.
EL BARCO MS CAPELLA DE HAVILA CRUISES
El Ms Capella hacía una escala de tres horas en Trondheim así que pude embarcar tranquilamente después de desayunar en el hotel y con la tranquilidad que me daba ese margen de tiempo. El check-in fue muy rápido y sencillo y en pocos minutos ya tenía mi camarote disponible. La verdad es que estos barcos son tan grandes que no te das cuenta ni eres consciente que estás en un barco. Dediqué ese tiempo antes de zarpar dirección sur para inspeccionar todas las zonas de las seis cubiertas: las plantas 4 y 5 con todos los camarotes, la 6 con el restaurante, el café, la tienda, la sala de conferencias y amplias zonas de sofás y ventanas, la 7 con más camarotes y dos gimnasios con vistas al mar, la 8 con los camarotes más exclusivos, la sauna, y la zona exterior del bar con los jacuzzis, y finalmente la última cubierta la 9, con el bar panorámico y todo un pasillo suspendido sobre el agua que rodea todo el barco.
Tras venir de estar 5 días en el Ms Nordstjernen en Svalbard, este camarote, aunque interior, me pareció el lujo máximo! Pequeñito, pero muy bien apañado, con todas las comodidades, armario y baño privado.
El desayuno y las comidas me parecieron demasiado ceremoniosos y algo pretenciosos en su platos y en la atención. El barco cuenta con un restaurante de lujo y el restaurante normal para la mayoría del pasaje, pero quizás otro restaurante más pequeño de buffet rápido o de platos sencillos habría sido suficiente.
Kristiansund
Molde
RECORRIENDO LA ATLANTIC ROAD
Al llegar a Kristiasund a las 16:30, el bus ya nos esperaba a los que habíamos contratado la excursión de la Carretera del Atlántico. Iba a zarpar sin nosotros hasta Molde, nosotros haríamos ese trayecto por tierra. La primera parada donde nos llevó el bus fue la iglesia de Kvernes Stavkirke en Averøy, que aunque reconstruida en el siglo XVI, cuenta con elementos que datan del siglo XIV.
Seguimos camino para cenar un guiso de bacalao en el Bjartmars Favorittkro a las puertas mismas de la carretera escénica. En mi opinión, esta cena sobraba, mejor habría sido dedicar más tiempo en la carretera, con más paradas en distintos puntos, que no pasarnos casi dos horas sentados en una mesa de restaurante, más aún teniendo todas las comidas incluidas en el barco, y que además íbamos a llegar a buena hora. Pero bueno, estos sitios viven de las visitas de las excursiones, y además el bacalao estaba bastante bueno.
Y desde allí iniciamos la carretera del Atlántico (64 – Atlanterhavsvegen), una de las catalogadas como Scenic Routes de la red de carreteras noruegas. Transcurre por unos 8 kms entre Averøy y Hustadvika, conectando la ciudad de Kristiansund con poblaciones más hacia el sur, como Molde o Älesund. Con ocho puentes, el más característico es Storseisundbruá, que según la perspectiva adquiere formas inverosímiles y parece caer al vacío tras su acentuada curva.
Me gustó, pero recomiendo sin duda hacerla a tu aire, ya que en este tour como hice yo, el tiempo es limitado y las paradas nunca son suficientes para ver cambios de luz, diferentes encuadres,… Aunque dependerá mucho del momento del año o de las condiciones climatológicas!
ÅLESUND
Ålesund es pequeña ciudad con multitud de edificios art nouveau que fueron erigidos para reconstruir la ciudad tras un incendio. La llegada del barco a este puerto a horas intempestivas y bajo una intensa lluvia, me hizo dudar sobre si salir o quedarme cómodamente en mi camarote. Pero finalmente, me abrigué y me lancé a recorrer al menos el canal principal en total soledad. 50 minutos de escala, cuenta atrás en marcha en el móvil, si me retrasaba o me perdía, el barco no esperaba. Y no me habría gustado verme en esa situación!
LLEGADA A BERGEN
Las siguientes paradas ya fueron cortas y de madrugada hasta la mañana siguiente, que amanecimos recorriendo las costas exteriores de Bergen, hasta que nos adentramos en el fiordo y divisamos la ciudad al fondo. El crucero llegaba a su fin.
Bergen, ya lo sabéis cuando estuve en 2018, es la llamada puerta de los fiordos. Y si algo caracteriza la ciudad, además de la lluvia, es la visión de las montañas que la rodean y las típicas casas de colores de madera del puerto. No se puede dejar Bergen sin visitarlas, aunque han sido reconstruidas varias veces tras incendios, las casas y sus callejones con patrimonio de la humanidad. Pero no hay que olvidar en la otra orilla, el barrio de Nordnes, donde se pueden encontrar las calles y casas más bonitas. Si tienes la mala suerte de coincidir con un mega crucero, la ciudad estará invadida de visitantes y será un poco agobiante. Aún así siempre hay posibilidad de encontrar un poco de paz y sosiego en algún café escondido. Esta vez me alojé en el céntrico Scandic Neptun.
EXCURSIÓN AL GLACIAR FOLGEFONNA
Mi último día completo en Bergen lo iba a dedicar a una excursión al glaciar de Folgefonna. Se puede contratar la excursión al glaciar desde Bergen con Gofjords y eso incluye bus hasta Norheimsund, barco hasta Herand, y el bus hasta la estación de esquí por la carretera glaciar, y el camino de regreso a la inversa incluyendo una parada en la cascada Steinsdalsfossen.
La primera parte del viaje transcurre tranquila, con sueño, ya que arrancamos a las 7.30 de la mañana. Sólo el bonito paisaje y el cambio constante de medio de transporte te mantiene despierto. Es cuando empieza la carretera glaciar que se anima el trayecto. Los 19 km de carretera desde Jondal, al nivel del mar, hasta el Fonna Glacier Ski Resort, en el glaciar Folgefonna a más de 1.200 kms de altura, son una experiencia en sí misma. La llamada «glacier road» es una sucesión interminable de curvas, cascadas, donde te puedes encontrar animales en cualquier momento, y donde apenas caben dos coches… imagina un bus como el nuestro!
Folgefonna es uno de los glaciares más grandes de Noruega (sin contar los de Svalbard). Esta excursión panorámica concretamente se desarrolla en su parte norte, empezando en el Fonna Glacier Ski Resort, una estación de esquí abierta en verano donde se esquía directamente sobre el hielo del glaciar, salpicado por muchas clapas de nieve. A 1.450 metros sobre el nivel del mar, tiene unas vistas espectaculares 360º, al glaciar, a los Rosendal Alps, al Parque Nacional Folgefonna en sí, al fiordo Hardangerfjord, e incluso al Mar del Norte, que no pudimos apreciar por las nubes bajas que nos rodeaban. En las 4 horas que estuvimos sobre el glaciar nos cambió el tiempo varias veces, de niebla, a nubes, al cielo despejado… En todos estos diferentes momentos se podían apreciar distintos tonos de azules en el hielo. Una ruta durilla, larga y tediosa para las rodillas, pero muy gratificante y espectacular!
El Blog de Eloísa 