Aprovechando que estamos en alerta roja por fuertes vientos (nos han aconsejado no salir de casa), y que ya desde ayer tengo internet en casa, he hecho repaso de lo que he ido conociendo de Reykjavik.
Ya llevo 12 días residiendo oficialmente en la ciudad, y he tenido tiempo de investigar y descubrir sitios! Ya he ido al cine, a la piscina, a la biblioteca, a museos, a desayunar, a comer, a cenar, a tomar muuuuuchos cafés, a comprar al supermercado (a prácticamente todos!), a la farmacia, a la ferretería, a Tiger (que me ha salvado muchas veces!), a Jysk (aquí se llama de otra forma impronunciable), a H&M Home, he usado el transporte publico, pero sobre todo he caminado muchísimo bajo la nieve, la lluvia, el viento, el frío intenso… Ya he podido pues confeccionar la lista de mis primeros favoritos!! Sé que irán saliendo más, pero éstos son los que ahora me gustan. Además, no me he movido del centro, del distrito 101, así que también mis preferencias están un poco limitadas.
[Algunos lugares los he editado o los he añadido a posteriori de escribir este post]
Cafés de Reykjavik: en este país el café de especialidad es una obsesión. Por eso se pueden encontrar muy buenos cafés y baristas.
Reykjavik Roasters, hay tres en la ciudad. El original, muy cerca de la iglesia, en Kárastígur, es un local ecléctico, con tocadiscos antiguos y butacas de la abuela. Hay otro en Brautarholt, subiendo pasado Hlemmur, es más grande y más moderno. El tercero, en Freyjugata, está dentro de una galería de arte. Todos tienen un ambiente muy especial y ¡hacen un café buenísimo! Algo caro, lógicamente…
Te og Kaffi, hay nueve repartidos por la ciudad. El que más conozco, el que me queda al lado de casa, en Laugavegur 27, y donde suelo ponerme a trabajar con el ordenador. Tiene otro pequeñito en el mercado de Hlemmur, junto a la panadería Braud & Co. Pese a ser una cadena local, y aunque normalmente no me suelen gustar las franquicias, tienen un ambiente muy acogedor y el café está muy bueno.
Stofan Café, sin duda el mejor ambiente de la ciudad, una enorme casona de madera en Vesturgata, con muebles sacados de aquí y de allá, sofás y butacas de la abuela, un enorme mapa antiguo de Islandia, un espacio con una mesa enorme a modo de sala de juntas antigua, con teléfonos y cuadros antiguos, y todo un sótano con sofás y una estantería llena de juegos para pasar una tarde entera. El café está muy bueno, y una vez que has comprado uno te dejan rellenar la taza gratis (de café de filtro). [Vale, ahora veo que es algo que hacen en todas partes.. jaja]
Edito: creo que ha cerrado o cambiado de nombre.
Mokka Kaffi, es uno de los cafés más antiguos de la ciudad y el primero que empezó a hacer espressos, sigue manteniendo ese encanto de café antiguo con ambiente decadente. Es famoso por sus gofres y al pasar por la calle el aroma así lo demuestra.
Kaktus Expressobar, agradable local apartado de las calles turísticas.
Kaffihús Vesturbæjar, es un café donde también se pude comer algo, siempre que haga sol sabes que su terraza va a estar abarrotada. Es el lugar ideal para parar después de un baño en la piscina, y está al lado de un Brauð & Co y del supemercado Melabúðin.
Panaderías y dulces en Reykjavik:
Brauð & Co, te quedas pegada al cristal mirando (y oliendo) como sacan panes y bollos del horno… te los comerías todos! Tienen 6 en la ciudad, los dos más céntricos uno subiendo a la iglesia en Frakkastígur, y otro en el Hlemmur Mathöll. Si entras especialmente en el primero no podrás salir sin comprar algo, es inevitable, los olores a canela y especias de los bollos calientes recién hechos te atraparán para siempre. Si no quieres pecar, ¡no entres!
Brikk, otro sitio del que no podrás salir vivo!
Sandholt, en Laugavegur. Premiada como mejor panadería de la ciudad, sus panes son épicos. (Aunque en esta ciudad lo del pan es digno de mención, no hay pan malo, y en casi todos los sitios hacen su propio pan de masa madre). Cuenta también con restaurante donde desayunar como un rey.
No puede faltar una visita a la heladería más famosa de Reykjavik, Valdis, en su colorido local de la calle Frakkastígur.
Comer y Cenar en Reykjavik: en contra de lo que puede parecer en Reykjavik se puede comer muy bien.
Skál! (¡Salud! en islandés), reconocido por la guía Michelin, es una barra donde ves trabajar a los chefs haciendo platos innovadores con materia prima local y de calidad. Tienen una buena variedad de entrantes, platillos, para así poder probar varias cosas, y el precio es bastante razonable. Está dentro del mercado Hlemmur Mathöll, y es el sitio que más he repetido! Su plato estrella es la trucha ártica con almendras!
Hlemmur Mathöll, muchos de los sitios que menciono están en este mercado acristalado con diversos puestos, mexicano, italiano, pizzas (de Flately) con mesas comunes, lucecitas y muy buen ambiente.
Grandi Mathöll, otro mercado foodie, en el puerto, con vistas a los barcos de pesca y anexo a la lonja donde descargan y venden la pesca del día.
Flatey, pizzas napolitanas en la zona del puerto. Tienen otro puesto también en el Hlemmur Mathöll.
Ramen Momo, un diminuto local que se pone hasta los topes. No es de extrañar pues sus ramen son legendarios.
The Coocoo’s Nest, en la zona del puerto, un restaurante familiar con menús saludables y buen pan casero.
The Laundromat Café, original espacio con una lavandería en el sótano. Decorado tipo años cincuenta con libros, mapas y posters antiguos. Es hermano del mismo local de Copenhagen.
Le Kock, las mejores hamburguesas de Reykjavik. Aunque he oído hablar de Hamborgarabúlla Tómasar, que habrá que probarlo.
Gló, en el polígono de Skeifan. Comida sana en un ambiente agradable si vas de compras por la zona.
Rok Restaurant, un sitio con mucha clase y que se come muy bien, casi a los pies de la Hallgrímskirkja.
Compras en Reykjavik:
Kronan (Grandi), la cadena de supermercados mejor dotada de la ciudad, vale la pena la caminata hasta el que hay en Grandi porque es enorme y encuentras de todo. Quizás Bonus tiene mejores precios, pero me gusta más la variedad y la calidad de Kronan. Luego está Netto, donde tienen mucha variedad de productos dietéticos o ecológicos. Y siempre está Hagkaup, que es lo más parecido al supermercado de El Corte Inglés en España.
Pero para mí el mejor supermercado es Melabúðin, lo es en variedad pero no en precio, y eso hace que no puedas ir muy habitualmente. En su diminuto local junto a la piscina Vesturbæjarlaug, lleno de estanterías abarrotadas, podrás encontrar productos del mundo, incluso cosas españolas como queso manchego o jamón. Es uno de los pocos sitios donde tienen carnicería al uso, al corte. Para pescados frescos sólo encontré Fiskbúð Fúsa, que además el dueño habla algo de español.
Penninn Eymundsson Laugavegi, librería-cafetería-objetos varios, siempre tienen una gatita, Tissy, que vive en una casa cercana y que va a pasar allí la tarde calentita y a la que se puede acariciar y mimar mientras tomas un café. (Ahora, si de verdad quieres ir a un café de gatos: Kattakaffihúsið). Cafés librerías hay muchas, Iða Zimsen por ejemplo es una donde pasé muchas horas.
Farmers and Friends, ropa de calidad y con gusto. Su imagen parece sacada de un videoclip promocional de la auténtica Islandia.
Vonarstraeti, una tiendecita de productos ecológicos, reutilizables, de madera y materiales biodegradables, sin embalajes, tienen geles y champús a granel, para rellenar en tu propio frasco.
Geysir Heima, una bonita concept store de la famosa marca de jerseys y mantas de lana islandesa. (Creo que han cerrado, pero la marca Geysir continúa)
Hyalin, una pequeña tienda gourmet de productos franceses.
Sitios especiales de Reykjavik:
Luna Florens, una cafetería-coctelería-restaurante con un ambiente bohemio, chic, hippy, lleno de plantas, minerales y objetos diversos, prácticamente todo lo que ves está a la venta.
Fischer, un diminuto concept store en una casita de madera, propiedad de Jonsi de Sigur Ros y sus hermanas. Pintado de negro y decorado con flores, entrar en esta tiendecita supone adentrarse en un mundo mágico de olores y sensaciones.
Kex Hostel, un hostal de lo más hipster, con un gastro pub y un bonito patio interior.
Bíó Paradís, un cine independiente al lado de casa. Como suele pasar con estos negocios, está en riesgo de desaparecer por el alto alquiler y hay toda una movilización vecinal para que se mantenga.
Sunhöll Reykjavíkur, la piscina municipal del centro de la ciudad. No es la más grande, ni la más chula, pero sí la más céntrica y está ubicada en un edificio histórico art decó de los años 30. Tiene una piscina interior, una exterior y muchos hot tubs. La conocí durante el Winter Lights Festival donde hicieron «la noche de las piscinas», puertas abiertas en todas.
Ninguna foto de este artículo es mía. Fuentes de las imágenes: Eat Drink KL, Hennedsfood, Vanguard Voyager, Maps and Cameras, Fathom, Handpicked Iceland, Claire Imaginarium, Grgs.is, Candidanimal, Whatson, Frameweb, Heremagazine, Grapevine, Likelocalguide, Travelling Maude, Wakeupreykjavik