Tiempos raros los que nos tocaron vivir en 2020 con la pandemia. No sé si el destino quiso que saliera de España antes de que estallara todo, quiero creer que fue así, y no sólo eso, sino que decidió llevarme al país más seguro, aislado y tranquilo del mundo. No puedo dejar de agradecérselo. Es cierto que por la incertidumbre pasé marzo, abril y parte de mayo casi «encerrada» en Reykjavik, que es una ciudad preciosa y que me fue gustando más y más con el paso del tiempo, pero lamentablemente no pude apreciar cómo fue desapareciendo el invierno y abriéndose paso la primavera en el resto el país. Aunque hay que decir que quizá la primavera es la estación menos bonita en Islandia, ya que pasa de estar todo blanco y nevado a estar literalmente marrón, hasta que las largas horas de sol hacen que el verde y los colores de las flores empiecen a asomar por todo ya bien entrado el verano.
En esas circunstancias aproveché para salir y ver cosas, antes de que el turismo, que en verano ya empezó a entrar, lo inundara todo. Con las fronteras de medio mundo aún cerradas, lo empezó haciendo a un ritmo lento y no masificado, y por eso aún pude disfrutar de sitios como Skógafoss o Reynisfjara en total soledad. Algo inaudito cualquier otro año.
Es por eso que he titulado este post Aislada en Islandia, porque en ciertos momentos me sentí así, alejada de todo lo que pasaba en España, y tampoco fueron buenos tiempos para conocer gente y socializar… Fueron meses extraños, en los que sin duda tuve tiempo de pensar, de reflexionar y de ponerme a prueba. Me siento muy afortunada de no haber tenido que vivir un confinamiento o lockdown, en Islandia sólo hubo recomendaciones de distancia social o restricciones de aforos, pero se podía salir a la calle libremente. Aunque por otra parte, me he sentido lejos de esa experiencia que han vivido todos mis conocidos, algo que siempre recordarán, aunque sea para mal. Cuando dentro de unos años nos pregunten, «¿te acuerdas del confinamiento de 2020?, ¿dónde estabas tú?», sólo yo podré responder: «Yo viví la pandemia en Islandia». Y eso no lo puede decir cualquiera.
Esta es una recopilación de fotos en los sitios más conocidos de Islandia en donde conseguí estar completamente sola. A veces, extrañamente y hasta temerosamente sola. Eso sí, siempre acompañada de mi fiel amigo el trípode Gorillapod, que me hizo de fotógrafo.
Reynisfjara Beach, 1 Julio 2020



Skógafoss, 1 Julio y 22 Agosto 2020


Glaciar Sólheimajökull, 1 Julio 2020



Solheimasandur DC-3 Plane Wreck, 20 Agosto 2020



Heimaey, Vestman Islands, 2 Julio 2020

Stokksnes beach, 24 Julio 2020

Hvalnes Lighthouse & beach, 24 Julio 2020
Studlagil Canyon, 25 Julio 2020 




Thorsmork, en lo alto del Valahnjúkur, 3 Julio 2020



Stakkholtsgja Canyon, 3 Julio 2020

The Blue Lagoon, 22 Junio 2020


Djúpalónssandur Beach, 21 Junio 2020

Sáxholl Crater, frente al volcán Snæfellsjökull, 21 Junio 2020
Grábrok Volcano, 20 Junio 2020
Thingvellir National Park, 5 Junio 2020

Leirhnjukur, Krafla, 8 Agosto 2020
Glaciar Fjallsjökull, 19 Agosto 2020





































