Si pensáis que París es tan grande que no puedes verlo en 2 días y medio…. tenéis toda la razón! Es cierto que tendrás que priorizar y por supuesto no podrás verlo todo, pero si organizas bien las rutas puedes recorrer bastante y disfrutar más de lo que crees. Eso sí, prepárate a andar!!

Te voy a contar lo que yo hice de jueves por la tarde a domingo a mediodía. Es decir, viernes y sábado enteros + varias horas de jueves y domingo, en total 2 días y medio.

Si vuelas a Orly te recomiendo sin ninguna duda llegar al centro en la combinación de tranvía + metro. Es la opción más económica, ya que sólo te costará 3,80 euros (1,90 tranvía + 1,90 metro), frente a los 12-20 euros que te cuestan las demás alternativas. Y ésta no es ni mucho menos más lenta o más complicada. Todo lo contrario. E incluso puede costarte menos si compras un talonario de 10 tickets individuales, que en lugar de pagar 1,90 por ticket te sale a 1,40. Usarás 2 a la ida, 2 a la vuelta, y te quedarán 6 para el resto de la estancia.

Yo volé con Air Europa, que llega a la Terminal 1. Desde allí para coger el tranvía puedes hacer dos cosas, o tomar el Orlyval gratuito hasta la Terminal 4 (para ello cuando llegues tendrás que subir a Salidas) o bien caminar entre terminales, unos 10 minutos hasta la parada del tranvía 7. Unos 30 minutos después, al final de la línea, en Villejeuf Louis Aragon, sólo hay que cambiar al metro, línea rosa, también número 7. Desde allí en unos 10-15 minutos ya llegas al centro, depende de cuál sea tu parada. Como yo me alojé en el Quartier Latin, junto al Jardin des Plantes, me iban bien tanto la estación de Jussieu como la de Place Monge. Esta misma línea pasa por el Louvre o la Opéra, así que la conexión aeropuerto-centro no puede ser mejor. Sólo un transbordo del tram al metro y listo!

Después de mucho mirar y comparar, me decidí por el Hotel du Jardin des Plantes, junto al bonito parque del mismo nombre (donde está el zoo, el jardín botánico y el Museo de Ciencias Naturales), porque además de la conveniencia de conectar fácilmente con el aeropuerto, me pareció un barrio coqueto y bohemio, y el precio era mucho más económico que en otras zonas. Este arrondissement V es una muy buena opción para quedarse, pues la zona está llena de animación, restaurantes, cafés, grandes parques y algunos de los monumentos más bonitos de París.

En este lado del río, la Rive Gauche, puedes ver el Panthéon, los Jardines de Luxemburgo, el Teatro Odeon, los famosos Boulevard Saint Germain y Boulevard Saint Michel, el histórico Café de Flore, el pintoresco Café Odette, las Églises de Saint Sulpice, y la de Saint Étienne du Mont, también están las diferentes facultades de la Sorbona, y a lo largo de toda la ribera del Sena se encuentran los famosos puestos de vendedores de libros, cuadros y diversos objetos antiguos.

También, si eres fan de la serie Emily in Paris, podrás llegar hasta la diminuta Place de l’Estrapade, donde está su casa, el restaurante de Gabriel, que se llama Terra Nera, y la Boulangerie Moderne. Para salir a cenar la Place de la Contrescarpe está rodeada de animados restaurantes, junto a la Rue Descartes.

A 15 minutos a pie desde el hotel llegas a Notre Dame, en la Île de la Cité. Una pena ver la catedral rodeada de vallas, andamios, y estructuras de madera que soportan el edificio después del incendio que sufrió en 2019. La disposición de los puentes sobre el Sena en esta zona es una maravilla, ya que sólo aquí el río se desdobla para sortear estas pequeñas islas. Por el puente de Saint Louis se accede a la coqueta Île de Saint Louis, con una única calle principal que la atraviesa de lado a lado.

Justo enfrente de Notre Dame, en la orilla norte del Sena, está el Hôtel de Ville, el ayuntamiento de París, y desde allí caminando por la ribera llegas al Pont Neuf y al peatonal Pont des Arts, que une el Instituto de Francia con el Museo del Louvre. Un punto muy fotogénico.

Si no quieres perder tiempo en museos, es suficiente con dar una vuelta por el famoso patio de las Pirámides y acercarte después al Palais Royal, en sus jardines destaca el patio de las columnas. Justo al lado, la pequeña plaza de Valois donde trabaja Emily. Vuelves hacia el Louvre y desde el Arc de Triomphe du Carrousel paseando por los Jardines des Tulleries llegas a la Place de la Concorde. Al otro lado del río tienes el imponente Musée d’Orsay.

Te acercas ya a la zona oeste de la ciudad, desde el Pont Alexandre III puedes llegar a la Tour Eiffel atravesando Les Invalides y Champ de Mars. Pero yo fui en metro para ahorrarme la caminata. Ya había subido a la torre en otra ocasión, así que esta vez mi objetivo era indagar esas pequeñas calles aledañas, por donde asoma la torre entre las casitas como una enorme mole de hierro. Hay dos opciones, una es la Rue de l’Université, muy popular y que está a tope de gente, especialmente adolescentes con diferentes outfits haciendo vídeos de instagram o de tiktok. La otra, quizá menos conocida, es la Rue de Buenos Aires, al otro lado. Aquí casi no hay nadie, y la impresión de tener la torre tan cerca es la misma.

¿Cuántas fotos son suficientes para la Torre Eiffel?

Cruzando el Puente de Jena se llega a Trocadéro, para mí totalmente prescindible y muy masificado, pero bueno, por las vistas de la torre vale la pena. Desde allí puedes llegar al Arc de Triomphe (yo fui en metro porque ya no podía con mi alma). No se me habría ocurrido nunca subir, de hecho no sabía que se podía, pero por la hora pensé que habría buenas vistas de la torre iluminada. Y así fue, después de subir tropecientos escalones, desde la azotea del arco se ven todas las avenidas en forma de estrella y la torre Eiffel, que a cada hora en punto centellea durante unos minutos. El frío era intenso, pero valió la pena. La visita son 13 euros.

Al día siguiente empecé llegando en metro a la Église de la Madeleine, una pena que estaba completamente cubierta de andamios. Caminando por el Boulevard de la Madeleine se llega a la Opéra Garnier, y justo detrás están los dos grandes almacenes más conocidos de París, las Galeries Lafayette y Printemps, los dos mega emporios de las compras. Completamente gratis se puede subir a sus azoteas para vistas increíbles de la ciudad. La de Lafayette es más abierta, con una barandilla de cristal, y tiene la Opéra justo delante, pero en la de Printemps impresiona tener las cúpulas doradas tan cerca. Pasear por sus interiores también es un espectáculo, sobre todo la enorme cúpula acristalada de Lafayette. Ambos cuentan con diferentes edificios conectados por pasarelas para no perderte nada. A no ser que seas fanático de la moda, los complementos o los cosméticos, destaco sin duda las zonas gourmet y de restauración (en el último piso en Printemps, en otro edificio en Lafayette). Creo que me gustó más Printemps, aunque no me entendáis mal, perfectamente me podría haber quedado a vivir en Lafayette. Las calles aledañas hasta la Gare Saint Lazare están llenas de tiendas, te podrías tirar horas sin darte cuenta.

Desde allí cogí el metro hasta Pigalle, donde hice cola 45 minutos para comer en Bouillon Pigalle. No aceptan reservas, por lo que hacer la cola es imprescindible, aunque sorprendentemente avanzaba bastante rápido ya que el sitio es tan enorme que constantemente rotaban las mesas. Es toda una institución en París, famoso por sus huevos rellenos. Impresiona ver salir a los camareros, perfectamente uniformados, sosteniendo con dos dedos bandejas grandes como mesas de comedor llenas de platos. Los entrantes cuestan entre 3 y 5 euros y los platos entre 10 y 15. Así que se puede comer barato. En el barrio, en el Boulevard de Clichy están el Moulin Rouge y los demás teatros y cabarets.

Desde allí empiezas la subida hacia Montmartre, pasando por el Mur des Je T’Aime, uno de los últimos hits de París para fotos. Si no quieres coger el funicular, deberás subir varios tramos de escaleras interminables hasta la Place du Tertre, centro neurálgico de Montmartre, donde están los cafés y los pintores. Demasiado turístico me pareció. Acércate hasta la pintoresca esquina del Café Le Consulat, y hasta la Maison Rose, en la Rue de l’Abreuvoir, una de las más bonitas de París. Por esas estrechas callejuelas llenas de gente y souvenirs, llegas a la basílica de Sacré Coeur, a rebosar de visitantes. Justo en las escaleras de acceso, se puede hacer una de las fotos más sorpendentes y curiosas. La colina de hierba es tan empinada, que si haces una foto al edificio que queda justo al lado, y después la giras, obtendrás el efecto de que la casa se está hundiendo, de hecho la llaman la «sinking house«.

[Edito: el truco consiste en hacer la foto normal al edificio, la colina queda delante súper inclinada. Después editas la foto y la giras hasta que la colina quede recta.  Lo que queda entonces girado es el edificio, que parece que se está hundiendo. Aquí se puede ver el antes y el después]

Recomiendo volver al centro bajando por la Rue des Martyrs, un verdadero encanto de calle, llena de floristerías, cafés, boulangeries con deliciosos olores, pequeñas boutiques y artesanía, y tiendas curiosas y con detalles preciosos.

Las últimas horas que me quedaban del domingo las dediqué al Jardin des Plantes que tenía al lado del hotel, aprovechando que hacía un día soleado. Allí está el zoo, el Museo de Ciencias Naturales y los grandes invernaderos de hierro y cristal con las colecciones tropicales. Justo coincidió que terminaba ese día la exposición al aire libre L’évolution en voie d’illumination, que habría sido interesante verla de noche. Me acerqué de nuevo al Sena para ver sus puentes y riberas con sol. Y para rematar, no puedes dejar de visitar el mercado de la plaza Maubert, donde está La Maison d’Isabelle, panadería ganadora del mejor croissant de París, entre otras delicias!

En resumen, estos fueron los highlights por día.

Jueves por la tarde (ya de noche), Notre Dame, y barrio latino, localizaciones de Emily in Paris, Place de l’Estrapade, Place de la Contrescarpe.

Viernes, Jardines de Luxemburgo, Église de Saint Sulpice, Café de Flore, Hôtel de Ville, Pont Neuf, Pont des Arts, Louvre (patio de las Pirámides), Palais Royal, Place de Valois, Arc de Triomphe du Carrousel, Jardin des Tulleries, Place de la Concorde, Pont Alexandre III, Tour Eiffel, Trocadéro, Arc de Triomphe, Champs Elysées.

Sábado, Église de la Madeleine, Opéra Garnier, grandes almacenes Lafayette y Printemps, calles comerciales, Pigalle, Montmartre, Sacré Coeur, Rue des Martyrs.

Domingo por la mañana, Jardin des Plantes, de nuevo paseo por el Sena, Île de Saint Louis, Maubert, Église de Saint Étienne du Mont, Panthéon.

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