Hay ciudades que nada más llegar te hacen sentir como que formas parte de ellas desde hace tiempo y te invitan quedarte para descubrir todos sus secretos. Granada tiene eso. Su embrujo y sus rincones te cautivan; su arte, sus colores y texturas te maravillan; su historia te atrapa; y su gastronomía y sus gentes harán que desees más, que volver sea una cita obligada.
Granada es la Alhambra. Pero por suerte no es sólo la Alhambra. No hay duda que la presencia de la ciudadela árabe domina la ciudad y ejerce una poderosa atracción en los visitantes. Pero perderse por el Albayzín o por las calles y plazuelas de la catedral, recorrer el encantador paseo de los Tristes o pasear por las elegantes avenidas arboladas, también dicen mucho de Granada.
Mis recomendaciones para 48 horas en Granada:
- Dedica unas 4-5 horas a la Alhambra. Compra las entradas con bastante antelación y planifica tu visita en base a la hora que tengas para acceder a los Palacios Nazaríes. Se puede llegar dando un paseo (cuesta arriba) por la Cuesta de Gomérez o por la Cuesta del Rey Chico (o de los Chinos), o en el bus C3 (1.4 euros) o en taxi (4.5 euros). Además de la visita fija a los palacios (sin duda lo mejor), se puede visitar el resto sin agobios ni prisas, la Alcazaba, el Palacio de Carlos V (construcción preciosa e imponente, pero un poco fuera de lugar), el Partal, los jardines del Generalife… No dejes nada sin visitar, en serio que todo merece la pena! Yo tenía la visita a las 12 y estuve por allí de 10 a 14 hrs, para después bajar a comer al centro.
- Para comer tienes dos opciones. O bien lo haces a base de tapas (tapas no, raciones!) que te ponen en cualquier sitio con sólo pedir una bebida. La zona de tapeo más famosa, la calle Navas y el bar Los Diamantes. O bien, sentarte en una de las terrazas de la Plaza de la Romanilla o en la de Bib Rambla. En cualquier caso, el festín gastronómico está asegurado.
- Dedica unas 2-3 horas al Albayzín. Puedes subir por la cuesta de Alhacaba junto al arco de Elvira, por Calderería Nueva o por la Cuesta del Chapiz, al final del precioso Paseo de los Tristes. O si no, el mini bus C1 te deja en lo más alto y puedes callejear hacia abajo. Lo que está claro es que pasarás un buen rato en el Mirador de San Nicolás, contemplando cómo la Alhambra va cambiando de color al caer la tarde. Placetas, callejones, aljibes, cármenes, y otros miradores (puesta de sol en La Lona) completarán el recorrido.
- Al día siguiente, después de desayunar en la Churrería Alhambra, haz algunas compras. Curiosea por la Alcaiceria, por los herbolarios de la catedral, por las calles Mesones, Zacatín, Alhóndiga, Recogidas…
- Acércate hasta la Plaza Trinidad y el Jardín Botánico. Como fan de Los Planetas, no podía dejar de visitar el Bar de Eric. Por cierto, el famoso Amador que tan popular se hizo por la canción «Qué puedo hacer?« ya no existe como tal, así que no hace falta la caminata.
- Haz una parada para tomarte un café y un trozo de tarta en el diminuto y escondido café La Finca, entre Romanilla y Pasiegas. Para desayunar con estilo: Cafe Baraka o Jungle. Para picar algo a cualquier hora Romanilla 530, Lío Granada o LaSeda. Para cenar Monje Taberna Espirituosa o Rosario Varela.
- Mi céntrico alojamiento en el hostal AMC Granada me permitía llegar a todo caminando con facilidad.
- Si tienes tiempo, yo no lo hice, puedes llegarte hasta el Sacromonte y visitar las cuevas o asistir a un espectáculo flamenco.