Como siempre digo, nunca es mala idea hacer una escapada a Londres, aunque sea corta, especialmente cuando el vuelo puede costarte 30€ ida y vuelta.
Podríamos decir que esta vez ha sido la escapada de las vistas y de las luces.
Las vistas porque hicimos una ruta por algunas de las panorámicas más sorprendentes de Londres. Si bien el tiempo no acompañó en absoluto y el día estuvo más bien gris y con mucha niebla, la experiencia estuvo interesante.
Empezamos en el popular Sky Garden, en el edificio walkie-talkie de Fenchurch Street. Las vistas 360º de la cúpula acristalada quitan el hipo y el lugar en sí es espectacular, pero creo que se le podría haber sacado más partido y con un poco de detalle convertirlo en su sitio realmente único. Encuentro que las plantas del jardín estaban poco cuidadas y en general el ambiente del bar era frío, de acero y cristal, no resultaba nada acogedor. A pesar de todo, es un must de la capital británica.
Seguimos ruta hacia el One New Change, un coqueto centro comercial con una azotea en lo alto que mira directamente a la cúpula de la Catedral de St. Paul
Cruzamos después el río por el Millennium Bridge para visitar la Tate Modern y su Viewing Level. En estas fotos se puede apreciar lo triste que estaba el día.
Las luces porque tuvimos la ocasión de disfrutar del festival London Lumiere 2018, que se celebraba por segunda vez en las calles de la ciudad y que tanto me había deslumbrado en el 2016. Esta vez prometía ser más y mejor, pero quizás por las expectativas tan altas, por la cantidad de gente y por el tiempo lluvioso y frío, no fue tan bonito como esperaba. Algunas instalaciones destacaron por encima de otras, quizás las proyecciones sobre fachadas ya están muy vistas, quizás las aglomeraciones impedían ver y apreciar algunos detalles, quizás algunas repetidas restaban sorpresa al evento, o quizás incluso por la dececpión al darte una caminata importante para acabar viendo una sencilla figura de neones. Lo que sí está claro es que esta cita es capaz de reunir a miles de personas en un centro de Londres peatonalizado para la ocasión, que con mapa en mano salen a la caza de las mejores experiencias. Verlo todo en una tarde es prácticamente imposible, así que seguro que nos dejamos muchas cosas interesantes en el tintero. Tampoco fue mi mejor día para hacer fotos, así que he tenido que «robar» unas cuantas de algunos instagramers.
Las que más me gustaron fueron:
El vuelo de los flamencos en Chinatown
Las proyecciones en la fachada de Westmisnter Abbey
Los finos haces de luz en los árboles de St James’ Sq.
Los animales de Leicester Square
Las auroras boreales en Granary Sq. (Kings Cross)
La enorme esfera suspendida sobre Oxford Circus
Fue una noche mágica. Así mismo no quiero dejar de recomendar los nuevos espacios The Kitchens en Spitafields Market (en Berber and Q comí el mejor guiso de ternera deshilachada cocinada a fuego muy lento que he probado nunca; en Climpson and Sons uno de los mejores cafés de Londres; recién abrían un sitio especializado en Pokés, etc.). Pizza East en Shoreditch es siempre un acierto, sus pizzas y sus platos de roasted vegetables son una delicia. En Kings Cross hay que comer algo en Caravan, con mucho ambiente…
Alojarse en el Ibis London City – Shoreditch es una gran idea si pretendes estar a medio camino entre el siempre vibrante barrio de Shoredicth y la zona financiera. Además está a muy buen precio y muy bien comunicado.
Fotos: Old Spitalfields Market, everyphotunity, jadeindia21, lajeteeproductions, Visitlondon, oliver_wheeldon, cnn, jhinlondon, lakudavies, chinatownlondon.
¡Fantástico reportaje! ¡Que envidia de viaje! Siempre me encantó visitar Londres, pero mi último viaje queda ya distante en el tiempo, fue en 1992, pero entonces hice también recorridos estupendos y descubriendo sitios de los que nadie citaba en sus viajes. ¡Hay que explorar! Y andar, andar…
Abrazos.