Estuve en Madrid, otra vez aprovechando un súper precio de Ryanair, 5 euros ida y vuelta. Esta vez me centré en el distrito de Chamberí, concretamente en la zona más baja: los barrios de Almagro, Trafalgar y Arapiles.
Iba obsesionada con alojarme en el hotel One Shot Fortuny, pero al final no pudo ser. La principal razón, aparte de su perfecta ubicación, era la posibilidad de desayunar cada día en el Olivia Te Cuida Fortuny, un espacio espectacular de slow food y ambiente relajado con maderas y tonos claros.
Ya conocía a su hermano mayor, Olivia Te Cuida, en el barrio de Justicia, en la calle Santa Teresa, donde se come de maravilla a muy buen precio como si estuvieras en casa de tu abuela, con cubertería antigua y vajillas desgastadas. Para mí uno de los mejores restaurantes de Madrid. Puedes combinar dos o tres platos: una ensalada, vegetales o grano, con un principal. Todo con productos sanos y de primera calidad.
Pero vamos a lo que importa, que yo he venido a hablar de mi libro, de Chamberí. Uno de los barrios más bonitos de Madrid y con más cosas por hacer. En el centro mismo del barrio, en la plaza de Chamberí se encuentra el Andén 0, la antigua estación de metro, cerrada a mitad del siglo pasado ya que por sus cortos andenes y por su proximidad a otras estaciones se volvió inservible para el metro moderno. Se muestra, restaurada, como era entonces, con sus elementos originales de 1919… anuncios en la baldosa, mobiliario, taquillas… Ojo! Que yo no pude verla porque sólo abre de jueves a domingo, una pena. Otra excusa más para volver. Se puede ver desde el vagón si tomas la histórica linea 1 en el trayecto entre Iglesia y Bilbao.
Enormes edificios señoriales, avenidas arboladas, glorietas, construcciones de ladrillo, sin ir más lejos el New York Times nombró la preciosa calle Zurbano como una de las 12 mejores del mundo. El barrio tiene multitud de teatros y cines: Teatros del Canal, Cines Verdi, Teatro Galileo, Teatro de la Abadía… o un museo como el Sorolla. Recomiendo darse un paseo hasta los dos mercados de abastos del barrio: el de Chamberí con su zona de bares La Chispería que incluye un pequeño puesto (decorado con manga!) de cannoli siciliani, caseros y deliciosos; y sobre todo el de Vallehermoso, con su galería de productores, una especie de callejón lleno puestos donde se ofrecen alimentos de verdad, auténticos y artesanos, quesos, ahumados, vinos, aceites.. un placer para los sentidos. Me encantó su concepto, su manifiesto, su branding. Entra, compra, come, ama* (Consulta bien los horarios… )
Dónde desayunar, comer o cenar: la calle gastronómica por excelencia en el barrio es Ponzano, pero si quieres evitarla hay otros muchos sitios donde picar o comer
Mama Campo, la cantina, más económica y con menú del día, y el restaurante, ambos en la plaza Olavide.
Lamucca, en calle Almagro, ambiente newyorkino abarrotado.
El Canadiense, hamburguesas del grupo Galleta en la calle Carranza.
Lobstar, recién abierto trae a Madrid los populares bocadillos de langosta americanos. También en calle Carranza.
Fismuler, le tengo muchas ganas a este restaurante de tendencia nórdica. En la calle Sagasta.
Bar Tomate, un clásico del grupo Tragaluz, en calle Fernando el Santo.
Conservas Nudista, vermuteo en la calle Luchana.
Crustó Bakery en la calle Zurbano, desayunos y brunches.
La Bien Tirada, cañas en la glorieta de Quevedo.
La Colectiva Café, en Francisco de Rojas, un diminuto local donde hacen café del bueno.
Toma Café Olavide, buen café y platos sencillos.
Cafe Comercial, el clásico y renovado café, en la glorieta de Bilbao.
Arbolea, un luminoso espacio healthy en calle Sandoval.
El Columpio, un lugar para cualquier hora, colorido y acogedor. Del grupo Le Cocó. En calle Caracas.
Tiendas únicas y con personalidad:
Almacén Alquián Hóptimo, especialistas en carteles antiguos. En Manuel Gonzalez Longoria.
Blackoveja, telas, lanas de mil colores… En calle Sagasta
Lauricca, productos gastronómicos italianos. En calle Trafalgar.
Tuulibreria, una librería de intercambio. En calle Covarrubias.
Pepita & Grano, en Santa Engracia. Alimentación a granel.
R de Room, decoración en calle Viriato.
MIBLOC, diseño papel y textil en calle García de Paredes.
Hoteles en la zona no hay muchos, es un distrito más bien residencial. Recomendados en la zona baja: Hotel Sardinero, One Shot Luchana, One Shot Fortuny o el NH Alonso Martínez.
[Offtopic] Al final yo me alojé en el barrio de Salamanca, concretamente en el Velazquez 45 by Pillow, un antiguo hostal en un quinto piso, reformado y decorado con un gusto exquisito, y al que no le falta ningún servicio de un hotel convencional. Sólo diez minutos a pie, cruzando la Castellana, lo separan de Chamberí. También está bien comunicado con el metro, la linea 4 (marrón) te deja en Alonso Martínez o en Bilbao, y en el otro sentido tiene linea casi directa al aeropuerto, sólo parando en Mar de Cristal.
Además, el hotel tiene la enorme ventaja de estar literalmente a dos minutos de El Corte Inglés de Serrano, donde en la planta ático gourmet se encuentra Streetxo, primera parada de mi visita donde completé mi experiencia Streetxo este año. No admiten reservas, el sistema es por estricto orden de llegada, así que desde buena hora ya había cola (abren a las 20.30 para las cenas). Siendo lunes puedes pensar que no habría mucha gente, pero sí, se llena igual. No quiero imaginar a qué hora hay que ponerse un viernes o un sábado… Difícil decidirse por algún plato, casi obligatorio pedir las croquetas de la Pedroche: de leche de oveja, con atún por encima simulando un nigiri, kimchi, y te ahumado. Te explican que hay comer cada croqueta de un solo bocado, eso hace que una vez en la boca haga pop y todos los sabores se mezclen. Espectaculares es poco! Probé también unos wraps de lechuga y panceta ibérica a la brasa con mejillones escabechados (!!!), shitakes (setas), y salsas picante y tártara. La mezcla es también indescriptible. Esos dos platos más un cocktail sin alcohol de jengibre y lemongrass, por 42 euros. Quizá la elección de los platos no fue la más acertada, pero esta vez no consiguió sorprenderme ni dejarme en éxtasis como la primera vez en Londres, el ramen, las vieiras y la lasaña de allí me dejaron enamorada. También me pareció un poco excesivamente caro. Estaba todo espectacular, eso sí, pero no me sentí satisfecha.[Fin del offtopic].