Paseos por Reykjavik (parte 1)

En estos tiempos de confinamiento o aislamiento que nos ha tocado vivir, he tenido la ocasión de descubrir algunas rutas para caminatas en Reykjavik, algunas más urbanas otras más naturales, pero todas con mucho encanto. No dejo de sorprenderme lo distinta que me parece la ciudad ahora que ya se ha ido la nieve y el hielo. En invierno no eres capaz de adivinar caminos y todo te parece una gran masa blanca sin sentido. Ahora afloran senderos, jardines, lagos, bancos,… todo invita a la contemplación y al paseo. Además, la percepción de la ciudad y las distancias se transforman, lo que antes parecían lugares inconexos y muy distantes, ahora están perfectamente comunicados y cercanos. Parecía que todo quedaba lejísimos del centro y que era inevitable ir en bus a todas partes, cuando realmente es una ciudad perfectamente diseñada para caminar. Y ya no digo la diferencia de verla con ojos de turista… la dichosa estación de buses BSI me parecía estar en las afueras cuando vine de visita el año pasado, y ahora me doy cuenta que está perfectamente integrada en el centro!

Estas son sólo algunas de las rutas por lo que es la mini península de Reykjavik, todas ellas de unas 2 horas de duración y siempre partiendo de mi casa y volviendo. Ya más adelante espero explorar otras zonas en los alrededores de Reykjavik.

RUTA 1. La que más me gusta y en la que cada vez descubro cosas nuevas incluye una playa, un trozo de costa, un cementerio, un parque, una colina y un semi bosque.

Partiendo desde mi casa, subes hasta la iglesia Hallgrímskirkja para después volver a bajar ladera abajo hacia el Landspítalinn. Desde allí tienes dos opciones para llegar hasta la playa Nautholsvík, o bien bordeando las pistas del aeropuerto o bien por el camino de bicicletas a los pies del monte Perlan.

La playa geotermal de Nautholsvík es de arena dorada, traída artificialmente para dotar a la ciudad de una playa familiar donde disfrutar en verano. El agua de la pequeña cala se climatiza por lo que está a unos grados más caliente (o menos fría) que el agua de mar abierto. Tiene además un balneario con hot pots y servicios. Desde la playa, puedes seguir un camino sobre las rocas en una zona protegida, con vistas a la península de Karsnes y Kópavogur enfrente. El camino termina en el inmenso cementerio de Fossvogur, que ya de por sí merece una extensa visita. Contiene una sección de tumbas de soldados británicos y canadienses de la Segunda Guerra Mundial. Pegado a él está el curioso parque circular Sólland, que también es cementerio. A partir de ahí una pequeña subida de la colina Öskjuhlíð por caminos boscosos te lleva hasta Perlan, donde disfrutar de una de las mejores vistas de la ciudad. Ya de bajada, se puede volver al centro pasando por el parque Klambratún.

Puedes alargar la ruta a todo el día si por ejemplo te pasas la mañana en la playa o haces un picnic en Öskjuhlíð.

ReykjavikReykjavik
Reykjavik
Reykjavik
ReykjavikReykjavikÖskjuhlíd, Reykjavik
Fossvogskirkjugardur, Reykjavik
Fossvogskirkjugardur, Reykjavik
Fossvogskirkjugardur, ReykjavikReykjavik
ReykjavikÖskjuhlíd, Reykjavik

[La playa en invierno y con el balneario abierto]Nauthólsvík Geothermal Beach, ReykjavikNauthólsvík Geothermal Beach, Reykjavik

RUTA 2: El inicio es similar a la ruta anterior, pero una vez llegas a la playa en lugar de seguir en dirección este te diriges hacia el oeste, pasando por el extremo sur de la pista del aeropuerto, hacia Vesturbær. Siguiendo el camino peatonal y de bicicletas que da toda la vuelta a la ciudad, puedes ver casas con diseños curiosos, algunas demasiado modernas, pero también algunas tradicionales de tipo americano. El camino de regreso se puede hacer por Hofsvallagata donde recomiendo pararse a tomar algo en el maravilloso Kaffihús Vesturbæjar, junto a un delicioso Brauð & Co. Todo recto llegas hasta la catedral católica de Cristo Rey y ya por las calles de la ciudad antigua volvemos al punto de partida.

ReykjavikReykjavikReykjavik
Reykjavik

RUTA 3, esta es un poco más corta pero te permite disfrutar de los parques más céntricos de la ciudad, así como del cementerio más antiguo y bonito. Puedes llegar al lago Tjörnin desde muchas de las calles que bajan, yo recomiendo hacerlo desde Skálholtsstígur para ver algunas de la casas tradicionales más bonitas de la ciudad, entre ellas la de la cebolla roja, y llegar al pequeño jardín Hallargarðurinn, donde voy muchas mañanas a pintar. Seguir hasta el bonito y animado parque Hljómskálagarður. Cruzar la carretera por el paso elevado para llegar a Vatnsmýri, una pequeña reserva natural plagada de plantas y aves, y con una encantadora zona de embarcadero y huerto urbano. En este punto la ruta se puede alargar llegando hasta el aeropuerto y volviendo por Suðurgata. Para el camino de vuelta recomiendo pasar por el cementerio de Hólavallagarður, con interesantes y antiguas tumbas. Lúgubre y cubierto de nieve en invierno, verde y lleno de pájaros en primavera.

Hallargardurinn, Reykjavik
Hljómskálagardur, Reykjavik
Hljómskálagardur, ReykjavikVatsnmýri, ReykjavikVatsnmýri, ReykjavikHólavallagardur, ReykjavikHólavallagardur, Reykjavik
Hólavallagardur, Reykjavik

Sólo estamos en mayo, así que muchos de los parques no están en su máximo esplendor. Después de haberse retirado la nieve hace nada, aún está todo más bien marrón o de un verde apagado. Prometo ir poniendo fotos en mi Instagram a medida que avancen las estaciones. Si no, todas las cuelgo siempre en Flickr.

Próximamente: el faro Grotta en Seltjarnarnes, la isla de Viðey, y el Jardín Botánico en Laugardalur.

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